Reducir los químicos tóxicos y el moho es crucial para una buena calidad del aire interior en las escuelas.
Establecer regulaciones para mejorar la calidad del aire interior y valores límite para los contaminantes atmosféricos comunes en lugares donde se reúnen poblaciones sensibles es un comienzo crucial (Vlaamse Regering, 2004; Lowther et al., 2021; UBA, 2023; Gouvernement de France, 2022).
Se deben organizar fuentes claras de exposición a contaminantes del aire interior, como limpieza, pintura, etc., para minimizar la exposición de los niños, programándolas después del horario escolar, utilizando productos y materiales de limpieza de bajas emisiones, priorizando la limpieza en húmedo, instalando aspiradoras. con filtros HEPA, minimizando el uso de químicos tóxicos y utilizando tecnologías como tableros absorbentes (superficies diseñadas para atrapar ciertos contaminantes) y monitoreo de CO2 en las aulas como indicador de la calidad del aire interior.
En la mayoría de los entornos escolares, la calidad del aire exterior puede ser mejor que la calidad del aire interior en varios parámetros, y la ventilación es una herramienta principal para mejorar la calidad del aire interior en aulas y laboratorios. Reduce los niveles de CO2 y el riesgo de enfermedades transmitidas por aerosoles, elimina la humedad (y los riesgos asociados de moho, ver más abajo), así como los olores y productos químicos tóxicos de los productos de construcción, muebles y agentes de limpieza (Fisk, 2017; Aguilar et al., 2022).
La ventilación de los edificios se puede mejorar mediante:
(1) abrir ventanas y puertas para que entre aire ambiental,
(2) usar dispositivos de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) y garantizar que los extractores de aire en baños y cocinas funcionen correctamente, y (3) comunicar los conocimientos previos y las instrucciones necesarios a los estudiantes, padres, profesores y personal.
(Beregszaszi et al., 2013; Comisión Europea et al., 2014; Baldauf et al., 2015; Jhun et al., 2017; Rivas et al., 2018; Thevenet et al., 2018; Brand et al., 2019 ; OMS Europa, 2022).
Hora de publicación: 19 de mayo de 2023